Los contenidos generados por los usuarios (CGU) se definen como "cualquier forma de contenido como blogs, wikis, foros de debate, mensajes, chats, tweets, podcasting, pins, imágenes digitales, vídeo, archivos de audio y otras formas de medios de comunicación creados por los usuarios de un sistema o servicio en línea, a menudo disponibles a través de sitios web de medios sociales". Su uso se generalizó en 2005, tras surgir en los círculos de publicación web y producción de contenidos de nuevos medios. Se utiliza para una amplia gama de aplicaciones, como el tratamiento de problemas, las noticias, los cotilleos y la investigación, y refleja la expansión de la producción de medios a través de nuevas tecnologías accesibles y asequibles al gran público. Además, el contenido generado por el usuario también puede emplear una combinación de código abierto, software libre y licencias flexibles o acuerdos relacionados para reducir aún más las barreras a la colaboración, la creación de habilidades y el descubrimiento ("'UGC'") también ha ganado en popularidad en la última década, ya que cada vez más usuarios han comenzado a acudir en masa a las redes sociales y a los sitios para compartir "'contenidos'". El CGU puede constituir sólo una parte de un sitio web. Por ejemplo, hay sitios en los que la mayor parte del contenido lo preparan los administradores, pero los usuarios del sitio realizan numerosas aportaciones auxiliares, como reseñas de productos o comentarios. Los administradores del sitio web pueden supervisar el CGU para evitar contenidos o lenguaje ofensivos, problemas de infracción de derechos de autor o simplemente para determinar si el contenido publicado es relevante para el tema general del sitio. Es posible que el hecho de subir contenidos generados por los usuarios no suponga ningún obstáculo, como cuotas o membresías. Como resultado, existen cantidades desmesuradas de CGU que, además de crear un activo corporativo, también pueden contener datos que pueden considerarse un pasivo. La Universidad de Illinois concluyó en su investigación de 2012 que un tercio de todas las reseñas web de CGU eran falsas, ya fuera con el propósito de promocionar o denigrar un producto.